Especialidad Rehabilitación Oral

Paciente con desgaste del esmalte por mal hábito de succión de cítricos (limón) El mismo paciente después de instalar coronas Procera® Amalgamas antiguas, con signos de infiltración periférica, que se reemplazaron por Resinas compuestas. En el premolar donde se había desalojado una obturación metálica, se colocó una incrutación de Art-Glass®

El mismo paciente después de instalar coronas Procera®

Después de instalar coronas
En rehabilitación oral se tratan los casos de personas que han perdido desde una corona, a una pieza dentaria completa, o varias piezas dentarias, ya sea por caries, por enfermedad periodontal, por traumatismos o por otras causas. Cuando una persona pierde una pieza dentaria se desencadena una serie de eventos patológicos, cuyos alcances son mucho más graves que la sola pérdida. Hay un déficit en la eficiencia masticatoria, lo que trae como consecuencia que el organismo se vea obligado a sobrecargar el lado contrario, con el evidente desgaste que eso provoca en el sistema. Además, los dientes cercanos intentan cerrar el espacio, moviéndose muy lentamente, desordenando toda la oclusión o forma de morder. Incluso, si se pierde una muela inferior, la superior (antagonista) se “alargará” o sobre erupcionará, como si quisiera encontrar a la contraparte que le falta. Lo ideal es reemplazar las piezas lo antes posible. Coronas artificiales Cuando la destrucción de corona de la muela o diente, ya sea por caries o traumatismo, es demasiado grande (queda la pura “cascarita”), no se pueden colocar incrustaciones. En ese caso, se debe recurrir a una corona artificial de reemplazo, de metal-porcelana o de porcelana pura, que son las de mejor estética. Casi siempre será necesario hacer un tratamiento de conducto o endodoncia en la raíz que queda. Y en muchos casos, se debe además reconstruir el área central de la corona que se destruyó, lo que en jerga odontológica se denomina “muñón”. Una de las mejores tecnologías para fabricar coronas corresponde a Procera®. Éstas utilizan cerámica pura como núcleo central o “casquete”, y son elaboradas por robots sólo en Suecia y Estados Unidos. Para enviar la información de cada paciente a estos países, el dentista debe tomar un molde de silicona, luego transformarlo en yeso en el laboratorio, escanear mediante un “escaner tridimensional” el modelo y enviarlo por Internet a USA, donde se fabrica el casquete, en un proceso totalmente automatizado, donde robots de alta precisión elaboran el núcleo. Una vez finalizado este proceso, el núcleo o casquete se viene de Norteamérica a Santiago de Chile por avión, y en un laboratorio local se recubre este núcleo con porcelana y se le da la forma final. Las coronas Procera® han tenido una gran acogida en nuestros pacientes, gracias a la extraordinaria naturalidad de su aspecto. Nadie sabrá que Ud. tiene una corona artificial, ya que no presentan la típica “linea negra” en la encía de las coronas tradicionales de metal-porcelana, y su color y opalescencia son muy naturales. Además, a pesar de la alta tecnología involucrada, su valor es totalmente alcanzable. Reemplazo de una o más piezas. Para reemplazar piezas dentarias existen varias técnicas, la más antigua corresponde a la prótesis removible (placas con ganchos). Este sistema, si bien aún está en uso, es un concepto en involución actualmente; la tendencia mundial es al uso de prótesis fijas sobre implantes oseointegrados. La prótesis removible, a pesar de lo útil que ha sido a lo largo de la historia, no tiene hoy casi como únicas ventajas frente a los implantes su sencillez y economía. Hoy se emplea casi únicamente cuando las condiciones económicas del paciente no le permiten optar a un tratamiento de implantología. Además de los implantes, hay un sistema un poco más confortable y estético para el paciente que la prótesis removible: la prótesis fija plural sobre dientes naturales, más conocida sencillamente como “puente”.El puente es una estructura grande, que tendrá al centro la o las piezas que reemplazan a las faltantes, y en los extremos coronas artificiales que se cementarán en los muñones de las piezas naturales que servirán como pilares. Éstos últimos son piezas dentarias que han sido “talladas” por el dentista, para que se les puedan adaptar encima estas coronas artificiales que sujetarán el puente. Están por delante y por detrás de la zona desdentada, soportando todo el peso y función de la estructura, razón por la cual se les denomina “piezas pilares”. (Infografía) Si bien un puente generalmente es para el paciente mucho más estético y confortable que una prótesis removible, ya que va fijo y no es necesario sacárselo, y en general es pequeño y anatómico (sin “ganchos” o elementos grandes e incómodos típicos de las prótesis removibles), tiene algunos problemas y limitantes. Por ejemplo, hay que sobrecargar los dientes pilares, haciéndolos trabajar más que lo que les corresponde naturalmente. Además hay que desgastarlos, aunque estén sanos, para transformarlos en muñones que reciban las coronas de anclaje, es decir, es un poco mutilante. Además, requiere forzosamente que el paciente tenga piezas por adelante por detrás de la zona donde faltan los dientes. Afortunadamente existen hoy los implantes oseointegrados. En Clínica Integral de Santiago Ud. encontrará la asesoría de expertos que le indicarán cuál es su tratamiento ideal considerando que cada ser humano es especial y diferente